Descripción:
Este libro trata de
la práctica educativa, tanto de la que se desarrolla en las instituciones
escolares como de la que se da fuera de estas instituciones. Desde las páginas
siguientes, nos acercamos a ella desde una visión a priori y desde la visión
que considera la necesidad de analizar la propia práctica para mejorarla.
Pensar en la práctica
educativa desde una perspectiva o priori significa prever, planificar o
diseñar qué deseamos o pretendemos y por dónde queremos que discurra el proceso
de enseñanza-aprendizaje o de acción educativa-aprendizaje. Planificar la
intervención educativa requiere tomar una serie de decisiones tanto referidas a
las intenciones como a los medios para intentar llevar a término aquellas
intenciones.
Fijarse en la
práctica educativa para analizarla y poder tomar decisiones que la puedan
mejorar es tanto o más importante que el diseño a priori. La influencia de la
educadora o del educador en la creación de un ambiente de aprendizaje depende
de decisiones tomadas en distintos momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje.
El reto de mejorar, día a día, la calidad de la intervención educativa compete
prioritariamente al educador (que, evidentemente, necesita contar con apoyos
externos). Quien mejor puede tomar decisiones para mejorar los procesos
educativos o formativos, adaptando su acción a las nuevas situaciones que se
van suscitando, es el propio educador o educadora.
Tratamos de la
práctica educativa pero también de teoría educativa porque una y otra se
encuentran íntimamente relacionadas. O así debería ser. Tal como señalan Carr y
Kemmis (1988, pp. 125-126) «todas las teorías son producto de alguna práctica,
a su vez toda actividad práctica recibe orientación de alguna teoría» y «las
creencias simétricas de que todo lo “teórico” es no práctico y todo lo
“práctico” es no teórico son, por tanto, completamente erróneas».
El objetivo que nos
proponemos con este libro es proporcionar a educadoras y educadores propuestas
para planificar y analizar la práctica educativa de cara a poder tomar
decisiones que la mejoren. Estas propuestas se presentan con su fundamentación
teórica aunque también es cierto que -junto a ella- hemos recogido lo aprendido
de las experiencias que han sido desarrolladas en diversos centros escolares y
en ámbitos de la educación social y no formal.
En la actualidad se
habla mucho de calidad educativa o -para ser más exactos- de la necesidad de
mejorar esta calidad. En este tema, como sucede con otros del campo social, a
menudo se entiende la calidad desde una perspectiva positivista, donde lo que
importa es hacer el mejor diseño y llevar a término la aplicación técnicamente
más adecuada para obtener el producto deseado (los resultados que conseguir
definidos previamente). El paradigma o la perspectiva positivista quizás sea
adecuado en campos como los de la física o las matemáticas, pero ciertamente
resulta inapropiado en las ciencias sociales.
Contenido:
Introducción: secuencia formativa pero no cualquier secuencia
formativa
La secuencia formativa: una manera de ver y de prever la acción
educativa
Fundamentación de la
secuencia formativa
Fases de la secuencia
formativa
Tres ejemplos de
secuencias formativas
Estrategias
didácticas desde la perspectiva de la secuencia formativa
La secuencia como un
medio para analizar la práctica educativa
La secuencia como un
medio para planificar la acción educativa
A modo de epílogo
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